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El dolor en la ATM (articulación temporomandibular) es una de las consultas más frecuentes en odontología y puede afectar significativamente la calidad de vida de quien lo padece.
La articulación temporomandibular conecta la mandíbula con el cráneo y permite realizar movimientos esenciales como hablar, masticar o bostezar.
Cuando esta estructura se ve alterada, aparecen molestias que pueden confundirse con dolores de oído, cabeza o cuello, generando un cuadro conocido como síndrome de la articulación temporo mandibular.
El síndrome de la articulación temporo mandibular agrupa un conjunto de trastornos que afectan la articulación y los músculos que intervienen en el movimiento mandibular.
Sus causas pueden ser diversas: desde el estrés y el bruxismo (rechinar o apretar los dientes), hasta traumatismos, alteraciones en la mordida o malas posturas cervicales.
Los síntomas más comunes incluyen dolor al abrir o cerrar la boca, chasquidos o ruidos articulares, dificultad para masticar, rigidez muscular, dolores de cabeza tensionales e incluso zumbidos en los oídos.
El especialista en ATM utiliza diversas herramientas para evaluar el estado de la articulación y de los músculos implicados.
A través de una historia clínica detallada, exámenes clínicos y, en algunos casos, estudios por imágenes (como radiografías, tomografías o resonancias), se analiza el funcionamiento de la mandíbula y se detectan posibles desplazamientos del disco articular, contracturas o inflamaciones.
Un diagnóstico preciso permite diferenciar entre un problema muscular, articular o mixto, lo cual es clave para planificar un tratamiento de ATM efectivo y personalizado.

El tratamiento de ATM depende del origen del dolor y del grado de afectación de la articulación.
En la mayoría de los casos se opta por un enfoque conservador, que incluye fisioterapia, ejercicios mandibulares, técnicas de relajación, control del estrés y el uso de férulas o placas oclusales.
Estas férulas ayudan a disminuir la tensión muscular y a proteger las piezas dentarias del desgaste producido por el bruxismo.
Cuando el origen es funcional o postural, puede ser necesaria la intervención de un equipo interdisciplinario que incluya odontólogos, kinesiólogos y fonoaudiólogos.
En casos más severos, donde existen alteraciones estructurales significativas, el especialista puede indicar tratamientos más avanzados o incluso quirúrgicos, siempre evaluando la mejor alternativa para cada paciente.
El dolor ATM no solo afecta la función masticatoria, sino también el bienestar emocional y físico del paciente.
Por eso, abordar este problema de forma temprana y con el acompañamiento de un profesional capacitado es fundamental para prevenir complicaciones a largo plazo.
Un correcto tratamiento de ATM, guiado por un especialista en ATM, puede devolver la armonía al sistema mandibular y mejorar notablemente la calidad de vida, permitiendo al paciente recuperar movimientos naturales y sin dolor.